Nos sitúa en su espacio intimo de su taller: su mesa de trabajo i el resto de elementos constructivos. Figuras a medio hacer, en proceso tentativo de creación expresiva. Devuelve el fango y la arcilla trabajados a partir de una vieja tradición que no ignora el sutil trabajo del vidriado y esmalte, la transparencia casi especular a que el artista somete la materia informal para construir un paisaje tridimensional, volumétrico.
También de ladrillo industrial es la residencia del artista, la elipse truncada en la que unas robustas estructuras de hierro delimitan la chimenea, y la fortaleza defensiva en la que se oculta el artista aparecen representados en la sala.
Al final el artista nos devuelve al fango esencial, originario, en el cual una parabola ascendente modelada con atención, cerrada por una cúpula metálica, convexa i equívoca, que hace la función de cielo protector.
Me hubiera gustado conocer algunas de tus impresiones al visitar la exposición y alguna referencia al montaje. Por lo demás, me parece una obra muy interesante.
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